Por Monserrat Californias

A pesar de que el matrimonio infantil fue prohibido en México desde 2019, el Informe Sombra presentado previo a la revisión del X Informe Periódico el próximo 17 y 18 de junio ante la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW) denuncia que las Uniones Infantiles Tempranas y Forzadas (MUITF) siguen ocurriendo.

Aunque 31 de las 32 entidades federativas establecen los 18 años como edad mínima para casarse, en la práctica persisten dispensas, omisiones y complicidad de autoridades locales, especialmente en estados como Yucatán, Guerrero, Michoacán y Chihuahua. Desde 1998, México ha recibido 209 recomendaciones del Comité CEDAW, pero cerca del 70% no han sido cumplidas.

Las cifras oficiales muestran que esta problemática no ha disminuido significativamente: en 2019 se registraron 58 matrimonios infantiles, y aunque hubo una ligera baja en los años siguientes, los casos siguen ocurriendo.

En comunidades rurales e indígenas, la situación es aún más alarmante. En Guerrero, niñas de hasta 12 años son intercambiadas por dinero o bienes bajo prácticas de “usos y costumbres”, muchas veces con la complicidad de autoridades. El Censo 2020 reportó que casi 28 mil niñas indígenas entre 12 y 17 años estaban casadas o en unión conyugal.

El fenómeno también está estrechamente ligado al embarazo adolescente y a la violencia sexual. El 90% de los embarazos adolescentes suceden dentro de uniones infantiles, lo cual incrementa el riesgo de muerte materna, especialmente en menores de 15 años.

Aunque desde 2015 se implementó la ENAPEA para prevenir embarazos en adolescentes, la tasa de fecundidad en niñas de 10 a 14 años ha aumentado. Además, el 40% de las adolescentes mexicanas ha enfrentado algún tipo de violencia sexual, lo que también contribuye al fenómeno de los embarazos forzados.

El informe subraya que la venta de niñas continúa como una forma extrema de violencia, documentada en estados como Guerrero, Estado de México, Sinaloa y Tamaulipas. Muchas son forzadas a uniones o prostituidas a cambio de dinero, animales o favores, bajo pretextos culturales o religiosos.

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