Por Monserrat Californias

La Selección Mexicana confirmó la baja de Luis Chávez tras sufrir una grave lesión en pleno entrenamiento, a mitad de su participación en la Copa Oro 2025. El mediocampista de 29 años fue diagnosticado con rotura de ligamento cruzado anterior en la rodilla derecha.

La lesión fue confirmada mediante resonancia magnética y lo dejará fuera entre cinco y ocho meses. Su ausencia representa un golpe anímico y futbolístico para el combinado nacional. Chávez era una de las piezas clave en el medio campo.

El futbolista del Dinamo de Moscú vivía uno de sus mejores momentos desde su icónica actuación en el Mundial de Qatar 2022, donde marcó un gol inolvidable ante Arabia Saudita. Su consolidación como titular indiscutible en el Tri lo posicionaba como eje del equipo rumbo a la Copa del Mundo 2026.

Esta lesión, sin embargo, pone en riesgo su recuperación total y su ritmo competitivo. Estará fuera no solo de la Copa Oro, sino también de los partidos de preparación rumbo al Mundial.

La lesión de ligamento cruzado anterior es una de las más temidas por los futbolistas, ya que exige cirugía y un largo proceso de rehabilitación. En muchos casos, los jugadores tardan hasta un año en volver a su nivel previo.

Para Chávez, el reto será físico y mental: deberá mantenerse enfocado y disciplinado para tener alguna posibilidad de llegar en forma al Mundial. La Federación Mexicana de Futbol le brindará apoyo médico y psicológico durante este proceso.

La baja de Chávez obliga a Jaime Lozano a reestructurar el mediocampo de la Selección. Su visión, precisión en el pase largo y potencia de media distancia eran recursos valiosos. Jugadores como Erick Sánchez, Luis Romo o Marcel Ruiz tendrán que asumir mayor protagonismo. Además, la lesión pone presión sobre el cuerpo técnico para encontrar variantes efectivas sin perder equilibrio en el juego.

El mensaje del jugador no tardó en llegar: “Duele mucho, pero volveré más fuerte”, escribió Chávez en sus redes sociales, acompañado de una foto tras la resonancia. Las muestras de apoyo no se hicieron esperar por parte de compañeros, aficionados y clubes. El Tri enfrenta ahora no solo el reto deportivo, sino la necesidad de reinventarse.

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